viernes, 10 de junio de 2011

Capitulo 8

Capitulo 8:En los lindes de Dayder
El pedestal dejó de emitir imágenes y Jack se volvió hacia Delor.
-¿Qué era eso?-Pregunto Jack enarcando una ceja.
-Eso era el castillo de Zol´Garad, el hogar del Kelthod-En cuanto Delor pronuncio ese nombre, el viento rugió fuerte-, el nigromante, el nigromante es un mago oscuro y tenebroso, controla la necromancia o control de la muerte, como prefieras llamarlo, su ejército está compuesto por infinidad de muertos, orcos, trasgos, ogros, fantasmas, huargos, arañas y vampiros. Se cuenta que después de la derrota de su ejército, se encerró en su castillo y que los ejércitos de los humanos, elfos y enanos lo apresaron en sus propios calabozos, dicen que ahora lo custodian los poderosos beornidas. De cualquier modo tenemos que ir hacia allí, el castillo esta en el bosque de Dayder, antiguo baluarte de poder elfico, los grandes de los Galdor forjaron allí esa preciosidad que usas de espada. El rey de la ciudad de los elfos Galdor se llama Sagadriel Ithilwen, y porta la última de ``las cinco´´-Respondió Delor.
-¿Las cinco?-Preguntaron Jack, Shayla y Bek al unisonó.
-Las cinco, las cinco reliquias de los Galdor, las reliquias son poderosas armas que fabricaron los Galdor en sus tiempos, la primera y más antigua, es Thorir, el hacha de la justicia, fue un regalo de los elfos a los enanos de las montañas, ahora mismo está en manos de Royther, el gran rey enano, la segunda fue Glodir, la esperanza de los Galdor, es la tuya Jack, la tercera fue Angamar, el terror de las sombras, es la mía, la cuarta fue Darkrol, la cimitarra del poder, fue un tributo de los Galdor a el gran hechicero Kelthod, con el tiempo Kelthod se convirtió en el nigromante y corrompió la espada, y la ultima es Sagadir, el fuego de los mares del oeste su orgulloso portador es Sagadriel el rey elfo de los Galdor, después de esta clase de historia, os digo, Bek y Shayla, conviene que partáis ya hacia el bosque, Veleen me dijo que le esperase aquí junto con Jack, y es lo que haré-Dijo Delor.
-Perfecto, ¿Cuánto tenéis que esperar?-Pregunto Shayla.
-Veleen dijo que vendría esta noche, pero que después nos tenía que decir algo, así que al menos durante dos jornadas, en dos jornadas ya habréis bajado de las montañas.
-Vale-Asintieron todos.
Shayla se acerco a Jack, lo abrazó y le besó, Jack le devolvió el beso.
-Adios amor-Se despidió Jack.
Los elfos empezaron a bajar la montaña, no les sería difícil, ya que el tiempo se había calmado.
Jack y Delor se sentaron en la fría nieve mientras esperaban a Veleen.
-Jack, te voy a contar la historia del nigromante, si no te importa claro, así que coge tu cantimplora, un pedazo de cecina y escucha-Dijo Delor con una voz interesante.
``Todo comenzó hace muchísimo tiempo, Kelthod era un joven mago, Veleen le instruyo creo, bueno voy a la historia, Kelthod trabajaba en la biblioteca del circulo, la gran hermandad de los magos. Un día trabajando, Kelthod descubrió un libro de magia negra, empezó a estudiarlo, entonces vio el enorme poder que la magia negra le ofrecía y como otros muchos magos, se corrompió, la magia negra le ofrecía el enorme poder de los muertos, controlaba las sombras, podía revivir a los muertos y controlarlos, para un joven ansioso de poder era magnifico. Al fin acabo corrompiéndose del todo, su pelo se torno gris, su piel anteriormente morena, era grisácea y enfermiza, había ganado poder, no solo por la magia negra si no por la cimitarra que le ofrecieron los elfos. Era muy poderoso, como todo mago poderoso fue a buscar un lugar donde montar su guarida, y como no, fue a un bosque, al bosque de Dayder, el bosque de los Galdor, allí se forjaron las cinco como ya os he explicado antes. Construyo su castillo y empezó a corromper el bosque, corrompió a los lobos, corrompió los arboles cercanos, y a algunos elfos también, los Galdor no tardaron en tomar medidas y empezaron a mandar escaramuzas contra su castillo, pero era inútil, sus fuerzas eran tremendas, tan tremendas que el propio demonio temblaba en su tumba infernal, muertos, vampiros, todo tipo de criaturas malévolas, pero no todo estaba perdido, unos poderosos hombres del bosque, los Beornidas, consiguieron unir a enanos, elfos, humanos, centauros, minotauros, ciclopes, ghoals, gigantes, e incluso a algunos ogros. Una enorme batalla se libró en el valle de Dayder, los ejércitos reunidos por los Beornidas, ganaban al nigromante, así que opto por retirarse, pero no se conformo con eso, si no que con un terrible hechizo convirtió en piedra a todo lo que había en el valle, poco después los poderosos druidas Beornidas encerraron al nigromante y a su poder oscuro en sus propias mazmorras. El valle ahora lo habitan orcos, minotauros y algunos ciclopes, el castillo está lleno de trasgos, orcos y no sé qué malditos bichos mas. Los Beornidas guardan ahora el castillo, nuestra misión es entrar en la torre del nigromante, dentro del castillo´´
-Interesante historia, ¿de dónde lo aprendiste todo Delor?
-Cuando uno es traicionado por las personas a las que  les dedicas toda una vida y se queda en la calle, no le queda otra que aprender. Ahora a esperar-Dijo Delor con una mirada nostálgica.
La tarde pasó tranquila, un sol muy rojo se alzaba sobre sus cabezas, un viento algo fresco les mantenía a buena temperatura, Veleen no tenía pinta de llegar aquella noche así que los amigos se acomodaron y se tumbaron, Delor le ofreció una pipa larga de madera para que Jack fumase, a pesar de que ese no era el estilo de Jack, lo probó y le gusto, entonces Delor le explicó:
-Tranquilo muchacho, no es ni siquiera tabaco, tan solo es una hierba muy sana de el lago Flognir, tranquilo.
-Vale-Dijo Jack expulsando una enorme bocanada de humo.
Al rato ya había una nube de humillo gris sobre ellos, el humo tenía un aroma mentolado, muy refrescante y algo dulce.
Al final Jack cayó en un sueño profundo, entonces por primera vez en un tiempo, el mundo de los sueños lo atrajo hacia sí.
Esta vez Jack estaba asomado a un balcón en una torre gigantesca, estaba buscando algo, pero no sabía el que, Jack supuso que buscaría la llave, pero no en vez de dirigirse a un lugar donde estaría una llave,
Jack salto hacia el techo y empezó a escalar con una extraña agilidad, y ahí estaba el fragmento de la llave a modo de veleta, cuando Jack iba a cogerla el sueño se desvaneció.
Era una mañana fría y gris, el alba había salido hacia algunas horas, Delor estaba meditando con Angamar clavaba entre sus rodillas, estaba pensando en algo pero Jack no se atrevió a sacarlo de su meditación. Jack se quedo mirando hacia ese lejano mar que hasta el horizonte se extendía.
-Al fin estas despierto Jack-Dijo Delor-Los otros deben de haber acampado abajo ya, supongo que en esta noche llegaran al inicio del valle, además son elfos, siempre van rápido, ¿has desayunado?
-No, todavía no, me alegra saber que van adelantados, pero no puedo dejar de sentir temor por lo que le pueda pasar a Shayla.
-Tranquilo muchacho, es muy fuerte y su hermano también, se lo que es el amor, pero no te preocupes-Dijo Delor mientras le daba un poco de cecina y pan.
-¿Cuándo vendrá Veleen?-Pregunto mordiendo con ansia su pedazo de cecina.
-El límite es esta noche, o eso me dijo.
-Genial-Respondió Jack a modo de burla.
-Bueno, voy a bajar a cazar, tranquilo, estaré aquí a la caída de la noche, Windwolf me acompaña-Dijo Delor mientras se colgaba a Angamar del cinto y mientras colocaba un carcaj en su espalda-.Adiós, hasta la noche.
-Vale, adiós.
Jack se quedó solo, ¿Qué haría hasta que llegase Veleen?. Jack se aburría tremendamente y empezó a fijarse en el paisaje, a lo lejos el mar, tranquilo y solemne, se veía la gran Blaan, Jack se giro y miro hacia el valle, una enormísima extensión de verdes pastos se extendía grandiosa hasta el linde de un bosque, la gran pradera tenía unas especies de estatuas que decoraban el valle, esos eran los estragos de la guerra del nigromante, Jack se entristeció al pensar que todos aquellos puntos grises que se perdían en la lejanía fueron seres vivos. El enorme bosque verde se perdía hasta el horizonte, un horizonte decorado por la macabra forma del castillo del nigromante, ``¿Qué le depararía ese castillo?´´, pensó Jack.
Aburrido, Jack optó por tumbarse en su cama, tenía mucho sueño. Después de unos minutos, se durmió. De nuevo los sueños le invadían.
Jack se encontraba en el valle de Dayder, estaba rodeado de estatuas, de lobos, hombres, elfos, enanos, orcos, trasgos, minotauros, centauros, caballos, ogros, unicornios, goblins y unas especies de esqueletos. Entre esas estatuas, mirando a una enorme estatua de un lince, estaba Veleen.
-Acércate a mí, muchacho-Dijo Veleen con voz ronca-De nuevo uso los sueños para comunicarme contigo.
-Sí, ahora dime, ¿Qué quieres decirme?-Pregunto Jack.
-Vale, el nigromante es un poderoso enemigo, solo sabemos que está encerrado en sus calabozos, vosotros tenéis que ir hacia la más alta de las torres, la llave hace de veleta, tendréis que cogerla. Todo esto parece fácil, pero no lo es, el bosque está lleno de peligros, pero eso no es todo, la oscuridad a renacido en las oscuras cámaras del castillo, los Beornidas guardan en su letargo al nigromante, pero no sabemos cuánto aguantaran, tengo buenos contactos con los Beornidas, sobre todo con uno de ellos uno de sus jefes, su nombre es Gysak, se puede convertir en un lince.
-¿Cómo que convertirse?-Preguntó extrañado Jack.
-A veces se me olvida que eres del mundo de la tecnología, espero que puedas perdonar a este viejo, bueno los Beornidas, son unos humanos muy extraños, nacen con unos extraños poderes y solo hay machos, nacen de la tierra y del bosque, son como tú o como yo, solo que son más altos y musculosos, su piel es tremendamente dura y flexible, pero eso no es lo realmente asombroso, lo asombroso es que tienen el poder de convertirse en animales, y en una mezcla entre esos animales y humanos, me explico por ejemplo, algunos se pueden convertir en lobos, por lo cual también se pueden convertir en Hombres-Lobo, claro que al convertirse en animales pueden hablar como cualquier persona y además son siempre más fuertes que los animales en los que se convierten, también son muy listos, fuertes, agiles y astutos. Gysak es mi contacto, es un hombre alto de pelo negro y ojos verdes, su transformación es un enorme lince marrón rojizo de ojos verdes penetrantes y dientes como sables, su transformación mitad de Hombre-Lince, es terrible porque aparte de sus terribles zarpas y dientes suele usar una espada curva elfica, es muy poderoso, además controla la magia del bosque, te será muy útil, y tiene órdenes estrictas de conduciros a el castillo.
-Genial, hombres-animales, guapísimo-Dijo Jack.
-Vale, a lo que iba, él os conducirá a través de la espesura del bosque hasta el castillo, una vez allí vosotros os guiareis por vosotros mismos, o eso espero-Dijo Veleen mientras enarcaba una ceja-Bueno, ahora te tengo que decir adiós por poco tiempo.
Dicho esto Veleen se desvaneció junto con el resto del sueño.
Jack se despertó y se froto los ojos, con un tremendo bostezo miro a su alrededor en busca de Delor. Aun no había llegado y Veleen estaba a punto de llegar. En ese momento Delor subió por el camino con un carnero colgado de su hombro y con menos flechas en el carcaj.
-Hola amigo, traigo la cena-Dijo Delor saludando.
-Genial porque a Veleen le falta poco, vayamos cenando.
Jack se fijo, la luna estaba aun baja, y el sol ya se iba a su letargo nocturno, unas pequeñas estrellas moteaban el cielo y le daban algo más de luz.
-Delor, tengo buenas noticias-Dijo Jack al rato-. Cuando me dormí Veleen me visito en el sueño y me dijo que los Beornidas nos iban a apoyar en el bosque.
-Perfecto, son muy buenos guerreros, toma-Dijo Delor mientras le daba un pedazo de carne clavado en un palo largo-. Acércalo al fuego hasta que se haga.
El tiempo paso mientras los dos amigos tomaban su cena, esa carne estaba realmente rica, Delor acabó y se puso a fumar de su pipa larga mientras limpiaba a Angamar, mientras tanto Jack se quedo viendo el paisaje nocturno, un gran manto de estrellas se estacionaban en el cielo, sobre sus cabezas, eran muy hermosas todas y cada una de ellas lo que provocó que Jack empezara a pensar en Shayla de nuevo.
Al cabo de los minutos un resplandor azul ilumino el pico de la montaña cegando a ambos guerreros, era Veleen, al fin.
-Hola amigos míos, os explicare raudamente lo que tenéis que hacer y os transportare con mi magia al inicio del valle, la magia del nigromante me impide transportarme mas haya-Saludó Veleen.
Llevaba su típica túnica azul oscuro y un sombrero picudo ocultaba su enorme pelo, su colgante estaba ahí atado de su cuello y resplandeciendo.
-Bueno será sencillo, os dejare en el valle, llegareis al linde del bosque después de dos jornadas de viaje y allí me volveré a encontrar con vosotros, Gysak el Beornidas, os acompañara en el linde a y por cierto, Bek cuenta con una gran amistad dentro del bosque, aprovecharla, su magia puede vencer a los demonios del nigromante, solo os digo eso, ahora os dejare en el valle, agarraos a mí.
Los dos muchachos se agarraron al anciano sin mediar palabra. Una especie de fuerza los absorbió hacia arriba, entonces, con un gran resplandor azul desaparecieron, en un abrir y cerrar de ojos se encontraban ante una vasta extensión verde, decorada por estatuas de piedra y que se extendía hacia un horizonte irregular, ese horizonte era el comienzo del bosque de Dayder. Habían llegado al valle de Dayder y el peligro acechaba por todos lados.
-Bueno adiós intrépidos guerreros-Dijo Veleen, y con un chasquido desapareció.
-Vale Jack, esto será peligroso, trasgos, orcos, minotauros y algún ciclope aguarda en este valle a los viajeros como nosotros.
-Lose Delor, se que los peligros aquí serán más complicados que antes.
Dicho esto los amigos se pusieron a andar, ninguno estaba cansado así que no pararon a dormir. El alba ya asomaba, una fría luz blancuzca iluminaba ahora el valle y sus estatuas. Las estatuas eran muy variadas, orcos, minotauros, lobos, humanos, centauros de todo.
Un ruido de unas pisadas blancas les acechaba desde atrás, entonces un gruñido y un lobo saltó sobre Delor, el humano, ágil, esquivó al lobo y le dio un tajo en la espalda, matándolo así.
Los dos amigos prepararon sus armas y juntaron sus espaldas. Al rato estaban rodeados de enemigos, orcos, trasgos, minotauros y un enorme ciclope.
-Jack prepárate para la primera embestida de enemigos, usa los poderes de Glodir.
-Eso está hecho.
Los orcos, eran de mayor estatura que los trasgos, generalmente no tenían pelo y eran de un color verdoso, grisáceo o marrón, portaban cimitarras, escudos, hachas y mazas, los trasgos portaban dagas y cimitarras, los minotauros llevaban unas hachas enormes y unos grandes tridentes y el ciclope portaba un enorme garrote, a Jack le temblaron las piernas ante las monstruosidades que tenía delante. Dos orcos se lanzaron contra Jack, el cual rebano sus cabezas con un ataque lateral, un minotauro cargó contra Delor, cuando estuvo a punto de impactar, Angamar creó un escudo de energía, contra el cual, choco la bestia, una vez atontada fue fácil para Delor atravesarle el corazón con Angamar. Así los chicos soportaron unas pocas embestidas, apenas tuvieron problemas, salvo una vez que un minotauro casi mata a Jack. El tiempo seguía pasando y el enemigo no tenía pinta de aflojar, los miembros de Jack ya estaban cansados y el ciclope ni se había movido.
-Jack, corre y súbete a esa estatua del gigante-Dijo Delor mientras atravesaba a un orco con su espada-Corre.
Jack hizo caso y se subió a una estatua, los enemigos empezaron a rodear a Delor, entonces, él gritó unas palabras:
-Naur an edraith ammen!
En cuanto Delor pronuncio esas palabras, un enorme chorro de energía roja salió de Angamar, la energía impacto contra el suelo y de esa energía se abrió un portal del cual salió un enorme demonio rojo alado. Era gigante, unos enormes cuernos decoraba su cabeza, no tenia cabello y unas orejas picudas, acompañadas de unos ojos rojos chispeantes y de esos enormes dientes, le daban un aspecto terrorífico, unas enormes alas negras se extendían como una sombra detrás del Señor del Abismo, una enorme cola roja también, llegaba hasta el suelo y por ultimo unas enormes patas de cabra de pelaje negro le daban un toque aun mas terrorífico si cabía. El demonio hizo algo y una espada de fuego apareció en su mano. El enemigo empezó a mirar a ese demonio con un gran temor, los trasgos y los orcos empezaron a huir, pero no hay escapatoria posible del poder del Señor del Abismo, empezó a agitar su espada creando un torbellino de fuego, los orcos, minotauros y trasgos eran tragados por las llamas mientras el ciclope huía hacia las montañas. El fuego de Naur, carbonizo al enemigo y destrozo las estatuas. A los pocos minutos, no quedaban enemigos en el valle, entonces Delor bajó de la estatua y con una reverencia saludó al demonio el cual se convirtió en una enorme llama y se metió dentro de Angamar.
-¿Qué era eso Delor?-Preguntó Jack mientras bajaba de la estatua.
-Eso era Naur, el demonio que encerró hace ya mucho el arcángel que portaba a Angamar, el demonio quedo indultado de la muerte, pero a cambio debía vivir en Angamar para siempre, y debía de responder a su dueño siempre que él lo quisiera, y no me ha fallado.
-¿Mi hoja tiene ese poder?-Pregunto Jack enarcando las cejas.
-No lo sé, pero ya se lo preguntaras a su forjador cuando lo veas en la ciudad de los Galdor-Respondió Delor.
Los compañeros se pusieron a andar, la mañana se había convertido en tarde, y la tarde se convirtió en noche mientras los amigos andaban y comentaban sus técnicas de batalla. Al final decidieron acampar entre las dos estatuas de unos gigantes.
Delor hizo una hoguera, pero Jack no soporto el cansancio y cayó en un sueño profundo. La hierba parecía negra bajo la tenue luz de la luna, las estrellas iluminaban muy poco, el cielo era muy oscuro, y el bosque ya se veía próximo, Delor siguió en vela hasta bien caída la noche, Jack durmió sin sobresalto alguno.
Al caer el alba ambos despertaron y sin desayunar por la escasez de víveres, empezaron a andar sin ningún descanso. Una preciosa mañana soleada, dio paso sin previo aviso a una tarde encapotada. El bosque ya estaba cercano, pronto podrían descansar. El crepúsculo cayó muy lentamente sobre la incansable sombra de esos dos muchachos que andaban hacia su destino. El bosque estaba muy próximo, la noche ya había llegado y a lo lejos, en el valle se escucho el aullido de unos furiosos y hambrientos lobos, a Jack le temblaron las piernas al escucharlo.
-Vamos muchacho, ya hemos llegado-Dijo Delor con una voz relajada, al ver los primeros arboles del bosque, entre las sombras de los arboles se distinguían tres formas de humanoides, dos de ellas salieron a la luz de la luna, entonces vieron de quienes se trataban eran Shayla y Bek.
En cuanto se vieron, Shayla se tiró a los brazos de Jack y se fundieron en un apasionado beso, mientras Bek saludaba a Delor. La tercera sombra salió a la luz, se trataba de un enorme lince alzado sobre sus patas traseras y con una espada curva a la espalda.
-Me presento Jack, soy Gysak, el lince, protector de los Beornidas y guardián del nigromante, amigo de elfos y humanos, no tienes nada que temerme-Saludo el Beornida-Mis ojos alcanzaron a ver el caos de tu espada Delor, me alegro de volver a verte-Dijo mientras se acercaba a Delor.
-Al fin todos reunidos de nuevo-Dijo Jack-Y me es un enorme placer conocerte Gysak. Ahora tenemos que esperar a Veleen, espero que no tarde.

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